sábado, 12 de julio de 2008

Calcutta 07 Brother Driver


Una vez que salimos de la estación de tren buscamos un taxi que nos llevara hasta Pren Dam. En Calcutta la mayoría de ellos son viejos Ambassador, parecidos en forma y tamaño a los viejos Rastrojeros carrozados como automóviles que hasta fines de los 80 se veían como taxis en Buenos Aires. Hace poco se pudo ver un Ambassador en una publicidad de un automovil de origen francés donde el indio lo iba "modelando", al Ambassador, hasta darle la característica forma del auto de la casa del León.

Bien, buscamos un taxi al cuál subimos, dos alemanes y una alemana (que en los dibujos obvié) junto con el paciente atrás. Adelante, el chofer, yo y Wolfgang. Lo anecdótico del viaje, si hay algo que agregarle a todo lo anterior, es que el auto tenía un agujero en el piso que daba al motor, con lo cuál, el calor del motor me daba directamente y me cocinaba los pies. Así, con los pies ardientes tuve que soportar cruzar la ciudad, con el tráfico infernal de Calcutta, donde abundan rickshaws, motorickshaws, ciclorickshaws, culis empujando ciclópeas cargas, bicicletas, motos, motos, motos, taxis, autos, camiones, buses, tranvías, vacas y personas, cientos de personas.
El paciente, que ya entendía que estábamos en un taxi le iba diciendo al conductor: "Brother! Brother Driver! Take us to Cher number, Pren Dam, Brother Driver!" Así, todo el camino hasta su hogar.

Finalmente, luego de tres horas de emprendido la aventura, llegamos hasta el hogar donde dejamos al paciente... En mi opinión, de esto se trata la India para nosotros los occidentales, una aventura, por más mínima que sea lo que uno emprenda, en este país tan pintoresco y lleno de contrastes, lo más cotidiano se convierte en algo extraordinario, digno de ser contado y por lo tanto ¡dibujado!


Namasté.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, estoy encantado de haber encontrado tu pagina. Que simpre tenjas la inspiracion para crear.

:) Laura