martes, 1 de julio de 2008

Volviendo a Calcutta (04)




Como sabrán, la India está superpoblada, ya hace un par de años que superaron el 1.000.000.000 de habitantes (mil millones). Y sus trenes, aunque funcionan muy bien, no escapan a esa superpoblación.

Nos encontrábamos en el anden de Titagar esperando con nuestro paciente rodeados de indios, no tantos como 1000000000 pero sí eran multitud, cuando llegó el tren. Abarrotado. Con tanta mala suerte que frente a nosotros quedó estacionado el vagón de mujeres. Allí, tanto en los trenes como en el tranvía, los vagones o asientos están separados por género.

¿Qué hacer? ¿Esperar el próximo? ¿intentar llegar a subir al de hombres? ¿o animarse al de mujeres? Wolfgang dió la orden y arremetimos contra la formación llena de mujeres.

La respuesta de sus pasajeras no se hizo esperar.

¡Ay mamá!

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